Dícese que se dice que los jóvenes somos el futuro, pero ¿qué hay del presente?, somos los que somos y no pueden esperar que todo recaiga sobre nosotros, el mejorar una sociedad tan decadente como en la que nos ha tocado vivir implica un trabajo conjunto de todos los miembros que la integran. Ser joven puede ser un término polisémico y arriesgado para dar una definición universal, todo depende del cristal con que se mire, jóvenes hay muchos, pero hay una diversidad enorme de jóvenes, no todos somos iguales ni buscamos las mismas cosas. Un factor que interfiere en la concepción de joven es el contexto en el que vive y las relaciones que va haciendo a lo largo de su camino. No puede darse un estereotipo del joven, más que nada debe darse una visión crítica sobre él, no para prejuzgarlo sino para poder comprender un poco mejor que es lo que le pasa por la mente.

Yo soy joven pero soy una joven entre tantos que a al igual que yo luchan por el día a día en una sociedad que muchas de las ocasiones nos da la espalda, admito que mi vida de joven si ha tenido sus dificultades pero me considero afortunada en varios aspectos, sin embrago hay jóvenes que no tienen nada fácil su lucha diaria por varios factores que muchas de las veces los obliga a dejar a un lado los atributos espirituales de la juventud y convertirse en masas inertes de sueños e ilusiones. Por los que somos jóvenes, por los que a pesar de los años y los tropiezos conservan su alma joven, por aquellos generaciones que pasaran estos caminos no me queda más agradecer este don que es la juventud… “juventud divino tesoro”.

A continuación les comparto un pequeño video que se elaboro como parte de un trabajo para la materia de “seminario-taller de concentración”, en el cual se expone una mirada sobre la juventud expresada por los mismos jóvenes. Sin más por el momento su servidora se despide deseándoles luminosos días y mágicas lunas.